Mahlia Milian había destrozado el coche que con tanto cariño le regaló su padre. Ella no quería que él se enterase y fue a ver al mecánico para meterle prisa y ver cuándo podría tenerlo y cuánto le costaría. Pero el coche era casi siniestro total y arreglarlo iba a salirle muy caro. Mahlia no tenía dinero, pero estaba dispuesta a lo que fuese para que arreglara el coche, así que le propuse pagarle a plazos con lo único que tenía su delicioso cuerpo de ébano.
Etiquetas: Mahlia Milian, Mecanicos, Negras
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