No, si tal vez sea cierto eso de que el tamaño no importa, pero viendo la cara de alegría que se le pone a Madison Scott al descubrir el pedazo de rabo de Ramón, cualquiera lo diría. Lo coge a dos manos cual bocadillo de jamón, abriendo por completo su boquita para metérselo enterito. Y qué gozo al sentirla en todo su esplendor apretando los flexibles pliegues de su coñito, para luego completamente abierta de piernas cabalgarla centímetro a centímetro. El tamaño no importa, pero menudas alegrías que da.
Etiquetas: Gimnastas, Madison Scott, Monster Of Cock, Pollas gordas
0 Comments:
Subscribe to:
Enviar comentarios (Atom)









