Menudo descubrimiento que hizo el amigo Jay-Z con esta barbadense y no solo en lo que a la música se refiere sino también en lo físico y en lo carnal porque lo de Rihanna no tiene nombre. Rivalizando en belleza con la mujer de su mecenas quizás no tiene la explosividad de Beyoncé pero tiene otros argumentos con los que hipnotizar a sus legiones de fans.

Un atisbo de esos argumentos nos los muestra en el próximo número de la revista GQ para su edición norteamericana. En la portada de enero podemos ver a la cantante de Barbados en un topless maravilloso en el que el hecho de que no se le vea nada casi se agradece para hacer circular el flujo sanguineo por nuestra imaginación rememorando aquellas fotos donde si se la veía desnuda en una habitación de un hotel.

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